Monica Bonvicini, sexo y carácter

Me decidí a hacer arte porque era la única forma de ser obrero e intelectual a la vez

Monica Bonvicini

Como si de una obra de teatro se tratara, una de las últimas salas que protagoniza el acto final del proyecto IllumiNations de la Bienal de Venecia de este año es un luminoso espacio del Arsenale cuyas paredes desnudas muestran la rudeza industrial de su función original. Una serie de escaleras a medio camino entre el objeto y la escultura conforman la instalación que Monica Bonvicini (Venecia, 1965) ha creado en respuesta a la decisión de la comisaria Bice Curiger de convocar a Tintoretto entre los artistas invitados.

Monica Bonvicini, 15 steps to the virgin, 2011, Bienal de Venecia, Foto: Camilayelarte

Tintoretto utiliza en su pintura la arquitectura a modo de escenario teatralizante y dramatizador de los temas representados. Las escaleras están presentes en muchas de sus obras, entre ellas en La presentación de Maria en el Templo. Basándose en ella Bonvicini construye su personal visión de estas escaleras cuyo significado señala lo que de teatral pueda tener un evento como la Bienal así como el país de opereta mediática en el que se ha convertido Italia en los últimos años.

Monica Bonvicini, 15 steps to the virgin, 2011, Bienal de Venecia, Foto: Camilayelarte

La obra de Monica Bonvicini investiga las implicaciones entre arquitectura y poder y el papel que ambos elementos tienen en la construcción de cuestiones como la identidad sexual, política y cultural. El modo cómo el público percibe ya sea un espacio arquitéctónico, una obra, un anuncio publicitario y cualquier cosa sensible de ser percibida, está condicionada por los estereotipos que se nos han impuesto desde el poder. Confrontarnos con estas lecturas estereotipadas de una forma muy explícita y directa es lo que Bonvicini viene haciendo desde los años noventa.


Monica Bonvicini, Leather tool, 2009. Foto: www.likeyou.com
Monica Bonvicini, Prozac, 2009. Foto: www.likeyou.com

Dicha confrontación la construye en sus instalaciones a través del material y sus connotaciones sociales. Es habitual el uso del cuero, las cadenas, el látex y el acero para hablarnos de cuestiones como el sexo y el rol de la mujer en la sociedad, no en vano ha recibido el apodo de dominatrix del mundo del arte. La arquitectura la identifica como un espacio de poder masculino, controlada y ejercida tanto a nivel intelectual como profesional por hombres. Utilizando los clichés que envuelven este sector en otros contextos nos fuerza a reconsiderar nuevas lecturas.


Monica Bonvicini, Never again, 2005, Foto: Roman Märs via Artnet Magazine

Monica Bonvicini, Not for you, 2009. Foto: Mathieu Génon via ArtNews

Si bien la cuestión de género aparece en gran parte de sus instalaciones, en los últimos años también viene construyendo una crítica al sistema del arte y los modos de percepción de éste. Not for you, nos espeta claramente a aquellos que no tenemos acceso al arte como bien material, o Don't miss a sec, un lavabo con paredes que permiten observar y no ser observado por si nos pilla un apretón cuando visitamos una Feria o un evento artístico maratoniano. La suya es una obra sin trampa ni cartón, lo que ves es lo que hay y debes interpelar a su mensaje a través de la reacción.

Monica Bonvicini, Don't miss a sec, 2004. Foto: Brøndum & Co. / Poul Buchard via ArteCapital

Podéis ver la obra de Monica Bonvicini en el CAC de Málaga del 9 de septiembre al 11 de enero de 2011.

Camila y el Arte

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