En  la sección Opening de la última edición de ARCO se alzaba en medio de lo que físicamente recordaba a una plaza,  una especie de escultura ocupada por libros. La estructura era obra del artista Can Altay, los libros en cambio, el resultado de la participación de la librería múltiplos de Barcelona en ARCO.

Anna Pahissa es quien está detrás de este nuevo proyecto que da visibilidad a la producción y creación de libros de artista y que a la vez  amplía el horizonte de la oferta artística en Barcelona.

Por una parte, y por mi interés personal en las publicaciones de artista, llevaba tiempo fantaseando con la posibilidad de iniciar un proyecto relacionado con éstas. A la vez, detecté una situación de desequilibrio en España entre la producción de publicaciones de artista por parte de artistas y editores o el interés creciente que éstas suscitan en el contexto del arte contemporáneo – instituciones, comisarios, crítica, etc. – , y la distribución que de éstas se hace o la visibilidad que tienen fuera del país. Era – y sigue siendo – muy difícil encontrar publicaciones de artistas españoles fuera de España; situación que se extiende a trabajos de Portugal o Latinoamérica (entre muchos otros).

Por otra parte, si bien ya había algunos puntos de distribución de estas publicaciones en España, no había un espacio dedicado específicamente a ellas. Ante esta situación, pensé que era interesante la creación de una estructura que llenara ese vacío. En un primer momento me planteé empezar como distribuidora, y si la cosa iba bien abrir un espacio, una librería. En medio de este proceso, encontré un espacio idóneo, y decidí invertir el orden de los planes. Y la verdad es que ahora a posteriori pienso que fue una buenísima decisión. Entre otras cosas, el contar con un espacio físico ha posibilitado la aparición de toda una serie de sinergias y conexiones con artistas, editores, público, u otros espacios y proyectos que facilitan que múltiplos se enriquezca día a día y pueda ir ampliando su campo de acción.

múltiplos está concebida como una estructura que empieza su actividad como librería, pero que aspira desde el principio a desarrollar también otras líneas de trabajo siempre relacionadas con la difusión y distribución de las publicaciones de artista. De todas formas, con el tiempo (solo 8 meses) – y probablemente gracias a contar con ese espacio físico y las sinergias de las que hablaba – , estas posibles líneas de trabajo han ido surgiendo de forma muy orgánica. Y ahora estamos en esto, poniendo en marcha todas estas “posibilidades”.

Por una parte organizamos regularmente presentaciones de libros y charlas en la librería sobre temas variados en relación a las publicaciones de artista. Invitamos a artistas, editores, diseñadores, comisarios, etc. ofreciendo así distintas ópticas respecto al trabajo con los libros. Entre las últimas destacamos la presentación del comisario y editor Moritz Küng, respecto al libro "Peter Downsbrough. The Book(s)", la del artista Rafel G. Bianchi junto al comisario David Armengol con la presentación del libro "Quién soy yo. Autoanálisis de inclinaciones o aptitudes", o la de la artista Núria Güell, con su libro y proyecto "Epistolario Ayuda Humanitaria".

Por otra parte ahora estamos iniciando nuestra actividad como distribuidora.

En breve empezaremos también a organizar workshops relacionados de una u otra forma con las publicaciones de artista.

Y tenemos muchas ideas y proyectos que nos apetecen mucho y que hay que ir desarrollando poco a poco, y en los que múltiplos adoptará distintos roles.

Hay muchos planteamientos distintos respecto a lo que es un libro de artista. A modo general, podríamos decir que un libro de artista es un libro concebido por un artista como una obra en sí. Pero esta definición esconde muchísimos matices que la convierten en una definición poco precisa y superficial. Hay libros producidos de forma muy artesanal, y otros que utilizan procesos más industriales; libros de una exquisitez formal increíble, y libros hechos a base de fotocopias y grapas; piezas únicas, ediciones limitadas, o ilimitadas. Y un largo etcétera de casos. En “nuestra” obsesión por definir y clasificar, hay mucha literatura al respecto. Incluso por lo que respecta a la terminología utilizada: libros de artistas, publicaciones de artista, ediciones especiales, ediciones al margen, y otro largo etcétera. Ante la posibilidad de perdernos en todos estos matices y etcéteras, quizás es mejor que explique la(s) aproximación(es) respecto al libro que a mí me interesan especialmente y que espero que refleje la selección que tenemos en múltiplos. En este sentido, son proyectos de artistas contemporáneos que utilizan el formato del libro – u otros soportes como el vinilo, cd o póster - como espacio en el que desarrollar sus proyectos artísticos. No recopilan el trabajo de un artista, sino que el libro, con sus contenidos y formato, son la obra en sí. En muchos casos el trabajo con este tipo de libros incorpora muchas posibles colaboraciones entre el artista, el diseñador o el editor, y cuyo resultado es a menudo muy interesante. Aunque hablemos de obras o proyectos de arte en sí, no estamos hablando en ningún caso de piezas únicas ni incluso de ediciones limitadas en la mayoría de los casos. Hablamos de libros de tirajes largos y sistemas de impresión como el digital, el Offset, o directamente la fotocopia. A nivel de contenidos y lenguajes, hay tantos como artistas e imaginarios de éstos pueda haber. Infinitos, por suerte.

Es un espacio (el del libro de artista) absolutamente anárquico, en el que no hay reglas de juego, ni a la hora de concebir y producir por parte del artista, ni en su lectura por parte del lector. Anarquía entendida más como libertad total, y en ningún caso como falta de rigurosidad. Así es y debe ser el arte, no? Por mi interés personal en el arte conceptual me interesa un libro cuando el concepto que esconde y del que parte me resulta interesante. Por otra parte, cómo el artista desarrolla ese concepto a través de las páginas del libro; utilizando distintos lenguajes como el texto, la fotografía, el dibujo, u otros para narrar un “relato”. Un “relato” cuya lectura puede ser fraccionada, desordenada, y no tener ni un principio ni un fin claros. Un relato cuya interpretación se construye por la asociación de varias imágenes, ideas, conceptos; por el ritmo, las pausas, los vacíos y los espacios en blanco. Una experiencia de la lectura que yo relaciono mucho con la que me proporciona la lectura de la poesía.

No estoy segura de haber dado una explicación demasiado clarificadora a los profanos en la materia. A todo/as ello/s (y los no tan profanos) los invito a que se pasen por múltiplos y vean y experimenten por sí mismos.

Entre otras cosa, múltiplos nos da la posibilidad de poder estar en contacto constante con la escena emergente y no tan emergente de Barcelona. Muchos de los libros que podéis encontrar en múltiplos son de artistas y editores que forman parte de esa escena, y estos artistas frecuentan la librería. Ese punto de encuentro del que hablábamos.

¿Cómo valoráis vuestra participación en ARCO 2012?

La presencia de múltiplos en ARCO ha sido un experimento tanto para la propia feria y los comisarios que nos invitaron como para múltiplos. Nos propusieron instalar nuestra librería en una pieza del artista turco Can Altay, compuesta de distintos módulos de madera que permitirían tanto la presencia de libros como espacios para que la gente se sentara y relajara.

Y situado en la plaza central de la sección Opening de ARCO, comisariada por Manuel Segade, y dedicada a las galerías europeas más jóvenes. Desde el principio me entusiasmó la propuesta. La sola idea de estar en ARCO, y en estas condiciones, tan solo 6 meses después de haber iniciado el proyecto, me parecía increíble. Por otra parte, a mí me interesa mucho todo aquello relacionado con el espacio físico en el que se producen, muestran, exhiben, leen y consumen los libros (de artista). Hay bastantes artistas y proyectos tanto actuales como de los conceptuales de los 60-70 que han trabajado con este material. De cómo un espacio físico determinado que contiene libros puede condicionar una lectura u otra de los libros, la relación entre el público/usuario/lector con los libros, o de cómo se puede convertir en un espacio de producción. Así que de alguna forma la presencia en la pieza de Can Altay nos permitía poder jugar con este tipo de elementos. Intuía que sería una pieza que plantearía preguntas, hecho que corroboró el comportamiento del público durante la feria: ¿son libros u obras de arte?, ¿son parte de la instalación?, ¿se pueden tocar?, ¿se pueden comprar? Así que ya solo el hecho de experimentar la librería desde esta óptica, fue muy interesante.

Además nos dio la oportunidad de dar a conocer nuestra selección a muchísima gente que pasó por la “librería”; publicaciones que normalmente el público no encuentra en una feria de arte, así como de conocer el trabajo de artistas y proyectos editoriales que desconocíamos. A nivel de contactos nos fue muy bien.

Y además, nos lo pasamos muy bien. Si no, nada de esto tendría sentido.