Hace unos meses entrevisté al artista Guillermo Pfaff, recuerdo que contándome su metodología de trabajo me dijo que la falta de espacio y la dificultad que podía suponer ir acumulando obra en un estudio a la espera de una oportunidad para exponerla había condicionado su forma de hacer pintura. Cuando pensamos en el oficio de artista, inevitablemente nos viene a la cabeza la idea romántica del estudio polvoriento y manchado con pinturas, pero es cierto que hoy en día muchos estudios de artistas son más bien oficinas que asemejan a agencias de publicidad, o incluso hay quienes como Pfaff consiguen no necesitar uno para desarrollar sus proyectos.
El libro de Michael Pappiat es todo lo contrario, se trata de una reivindicación de la idea del taller del artista entendido como ese lugar mágico en el que se materializa el misterio de la creación artística, todavía más, se insinúa que la obra de Alberto Giacometti fue tal porque fue creada en ese espacio que parecía ser una prolongación de él mismo y de su propia obra.
El taller de Giacometti ya no existe, ni siquiera el autor del libro que tan bien recoge el testimonio de quienes pudieron ver al escultor en su hábitat artístico llegó nunca a entrar en esa especie de cueva sagrada que era su estudio. Cuando un artista muere su taller muere con él, el espacio pierde la energía que lo nutría, la vida a fin de cuentas. Pretender revivirlo a través de sus objetos o manteniéndolo todo tal y como el artista lo dejó es tarea inútil, podemos comprobarlo visitando el taller de Cezanne en Aix-en-Provence o el de Brancusi al lado del Pompidou, en cambio, hablar de él a través de las páginas de un libro, tal vez sea de los pocos modos en que por un instante pueda revivirse su memoria. Escribiendo sobre Giacometti, Pappiat lo ha conseguido.
Michael Peppiatt, En el taller de Giacometti, Editorial Elba, 2011. Precio: 8,50€
Esta semana Berlín se convierte en el protagonista a destacar. Dos eventos totalmente opuestos se disputarán el protagonismo en la ciudad. Por un lado ayer se inauguró la 7ª Bienal de Berlín, que por su planteamiento pretende ser un acto de reivindicación política a través del arte y denuncia del sistema. Comisariada por Artur Żmijewski y con la colaboración de Joanna Warsza y el grupo VOINA como comisarios asociados. Por lo pronto sabemos que se ha invitado a todos los grupos que engloban el movimiento #occupy y #15M a ocupar el KW Institute for Contemporary Art, este es el Manifiesto de inicio: INDIGNADXS/OCCUPY.
El otro evento en las antípodas del anterior y que se celebra este fin de semana en Berlín es el Gallery Weekend . Es el opuesto contrario a lo reivindicado por el movimiento #occupy, ese 1% que se lleva los beneficios del sistema del arte regido por las leyes del capitalismo salvaje. Este fin de semana las galerías de Berlín abren sus puertas con inauguraciones y horarios ampliados. No sabemos si se procederá a alguna ocupación de galerías o no, pero por si acaso estos días nos iremos a Berlín para disfrutar de la bipolaridad del sistema del arte y contároslo la semana que viene con pelos y señales!!!
En el otro lado del atlántico, uno de nuestros blogs favoritos, Art Fag City, nos linkeaba a un artículo escrito por su editora, Paddy Johnson en L Magazine sobre webs de arte que deberíamos conocer. Algunas de ellas super conocidas como Google Projects y otras menos como Art.sy.
Espacios expositivos a estrenar: La Tate ha presentado las reconvertidas Oil Tank Galleries, destinadas a acoger performances, videoinstalaciones y proyectos multidisciplinares. De momento este verano se estrenan con un Summer Festival aprovechando el empujón de los Juegos Olímpicos. Y menos lujoso pero no menos interesante, el nuevo espacio inaugurado esta semana en Barcelona por Homesession con la exposición Pre-Collective Show, todavía no lo hemos visitado, pero todo se andará...
Los recientes recortes en cultura o mejor aún, la directa supresión de un Ministerio que se dedique a ella son una muestra del papel secundario por no decir terciario que la cultura juega como elemento definidor de nuestra sociedad. Dentro de este panorama, el arte puede y es en muchos casos considerado como un elemento superfluo, más bien fruto de sociedades bienestantes, objeto de distracción y entretenimiento de una clase culta con las necesidades básicas cubiertas.
Vista exterior de la antigua fábrica Fabra i Coats. abril de 2012. Foto: Camilayelarte
¿Si hay recortes en sanidad y educación como vamos a justificar que no los haya en cultura? El mes pasado Montse Badia publicó un artículo en la revista Bonart que os recomiendo leer, en él habla precisamente de la función del arte como herramienta educativa a propósito de la actividad que desarrolla la Factoría Sant Andreu con su programa para acercar el arte contemporáneo a los más pequeños. Bajo esta misma convicción de la función que el arte y la cultura pueden tener como elemento de construcción de una sociedad mejor, se inscribe la propuestaEn Residència, un programa que ofrece la oportunidad a artistas contemporáneos de desarrollar un proyecto en colaboración con estudiantes de secundaria de distintos institutos de Barcelona.
Vista de la exposición. Foto: Camilayelarte
Olvidémonos de las aburridas clases teóricas a base de powerpoints con la sucesión de estilos, periodos y fechas que aburren hasta al más motivado. Para acercar el arte contemporáneo al público adolescente nada como ponerse manos a la obra y tirarse de cabeza al proceso y no a la teoría. John Cage se puede explicar de muchas formas, pero no se me ocurre ninguna mejor que experimentado directamente con el sonido y la creación al azar del mismo. La exposición En Residència en la Fabra i Coats es el resultado del trabajo realizado a lo largo de un año por artistas y estudiantes de secundaria, así como una clara demostración de qué función puede tener el arte en la sociedad. Proyectos como éstos le devuelven a uno la fe en la necesidad de la creación artística que tal vez otros aspectos del sistema del arte le quitan.
Salvador Juanpere & Institut Infanta Isabel, Deu mil hores, 2010. Foto: Camilayelarte
Robert Ferrer i Martorell & Institut Francisco de Goya, La Nit, 2011. Foto: Camilayelarte
El material expuesto son los ocho proyectos llevados a cabo en las últimas dos ediciones del programa En Residència (2009-2010 y 2010-2011). En ellos podemos rastreartemas de los que se ocupa la práctica artística contemporánea tales como la apropiación del espacio público, la capacidad representativa del lenguaje, la relación entre el sonido y estética, el proceso como metáfora, la poética del objeto, lo invisible o la arquitectura y el ánimo.
En dos de las propuestas, Espai afegit y nouBARRISnou se oyen ecos de cuestiones ya planteadas por figuras como Palle Nielsen sobre la función del espacio público y la necesidad de que éste cumpla precisamente con su finalidad. Margarita Andreu con los estudiantes del Instituto Vall d'Hebron y Lluís Sabadell Artiga con los del Instituto Collserola, han desarrollado cada uno de manera distinta una experiencia que plantea dichas cuestiones: Andreu creando directamente un espacio añadido que sirva de encuentro para los ciudadanos, y Sabadell mejorando el barrio a través de la participación y la intervención.
Explorar las metáforas contenidas en un objeto cotidiano ha sido la base para la instalación de las escaleras que nos reciben en la sala de la Fabra i Coats, Deu mil hores, de Salvador Juanpere y el Instituto Santa Isabel d'Aragó. Más cercano a la performance y a la práctica a lo John Cage, Josep Maria Balanyà ha construido con los estudiantes del Insituto Joan Brossa la instalación So-roll, Metall, Ànima, que tras el happening celebrado con los alumnos se nos ofrece para que nosotros mismos experimentemos con él.
Francesca Llopis & Institut Fort Pius, Apunts per a un Iceberg, 2011. Foto: Camilayelarte
En Residència no sólo es recomendable porque da a entender las posibilidades pedagógicas de la práctica artística sino porque enfrentándonos a los procesos que los propios estudiantes han seguido para desarrollar los proyectos también aprendemos a dilucidar de qué va y de qué nos habla el arte contemporáneo. Cambiar la sala de un museo por el aula de un instituto da sus resultados.
Lo mejor: Que los proyectos transmiten juventud y espontaneidad.
Hoy es el día del libro. Si estáis por Barcelona celebrando Sant Jordi o en cualquier otra ciudad os recomiendo Radicante, un ensayo de Nicolas Bourriaud sobre pensamiento y estética contemporánea cuya tesis plantea la traducción estética de un fenómeno como la globalización.
¿Qué formas estéticas está produciendo el fenómeno de la globalización? La respuesta está en obras como las de Rirkrit Tiravanija, Francis Alÿs y tantos otros artistas que renunciando a los límites identitarios apuestan por la capacidad de traducción como herramienta para crear arte, esto es, de desarrollar formas estéticas interaccionales y transaccionales que son resultado de una trayectoria, la del radicante, cuyas raíces se extienden y adaptan en distintos contextos gracias precisamente a la capacidad de traducción.
El nuestro es, según Bourriaud, un momento de éxodo cultural, un éxodo organizado y facilitado gracias a la globalización, a la que hay que anteponerle la diversidad de las formas en detrimento de la uniformización cultural por la que apuestan los poderes económicos, políticos y culturales.
Bourriaud nos informa no sólo sobre las formas estéticas del arte de nuestro tiempo, de su porqué y cómo, sino que también confronta el recorrido de éstas en relación a la herencia del proyecto modernista, más allá del posmodernismo, Bourriaud anuncia la que llama Altermodernidad, una nueva era que no renuncia a los principios universales que inspirarion a las primeras vanguardias, pero que los entiende desde un punto de vista multifocal, radicante.
Nicolas Bourriaud, Radicante, Adriana Hidalgo Editora, 2009. Precio: 22€ en La Central
No tiene que ver directamente con el arte contemporáneo, pero la publicación esta semana de "La civilización del espectáculo" de Mario Vargas-Llosa ha abierto un melón, por el otro lado nada nuevo, sobre el fin de la cultura y del arte. Lo que se acaba según Llosa es la alta cultura, aquella ostentada por una élite intelectual que ha hecho avanzar y progresar a las sociedades. Como explica en esta entrevista, la visita hace unos años a la Bienal de Venecia le produjo una suerte de revelación, ante tanto embustero sintió la necesidad de volver a lo bueno, al arte de verdad ¿?. Sus conclusiones me recuerdan un poco a las expresadas por Carlos Granés al final de "El puño invisible" defendiendo a Proust y Mahler como faros de luz ante la deriva cultural del siglo XXI. Os recomiendo leer este artículo publicado en el País hace una semana donde se debate la tesis del retroceso planteada por Vargas-Llosa.
La semana pasada nos enterábamos delos 9 despidos de la plantilla del MACBA (@afectatsMACBA). El responsable de tal decisión ha sido según Ferran Mascarell de Bartomeu Marí, director del museo, el cual ante tanto recorte se ha visto en la tesitura del recorte de personal,aún así, señala Mascarell, ha sido una decisión correcta.
De protesta en protesta. El movimiento #OccupyMuseums ya tiene a quién dirigir sus reivindicaciones. La flamante Frieze Art Fair que desembarcará en NY el próximo mes de mayo, será el foco de atención de las protestas del movimiento que se basan en la especulación económica y la burbuja que supone el mercado del arte, muy bien simbolizado por la exitosa Frieze.
Hace unas semanas se anunciaba la creación de la nueva Asociación de Coleccionistas de Arte Contemporáneo 9915. En Hoyesarte hemos podido conocer algo más sus intenciones con la entrevista a Jaime Sordo, su Presidente.
Desde un punto de vista un poco tremendista podríamos decir que los recortes en cultura están condenando la preservación de las obras en los museos. Este planteamiento es el que se ha hecho Antonio Manfredi, director del Casoria Contemporary Art Museum de Nápoles, y como acto de protesta ha decidido quemar tres obras a la semana: mejor una muerte rápida y mediática que no oscura y lenta en los almacenes de un museo. Contando con el beneplácito del artista (of course) esta semana ya ha quemado algún ejemplar. Art War.
Liberar los libros de nuestras bibliotecas, compartirlos, comentarlos y darles una vida más allá de la que tuvieron el día que nos los compramos y los leímos. No lo haría con todos mis libros ni mucho menos, pero elBookcrossinges un gesto a favor de la cultura entendida como bien común, donde el azar tiene un papel que lo convierte en una aventura muy romántica: encontrarse un libro en un espacio público, leerlo y dejarlo de nuevo a merced del destino, un club de lectura global al alcance de tod@s.
Para hacerlo correctamente, el bookcrossing debe cumplir las tres erres: Read (leer), Register (registrar) Release (liberar). Este año y para celebrar el día del libro el próximo 20 de abril, más de 70 museos van a liberar libros de arte para que entren en el circuito del Bookcrossing. La iniciativa de celebrar un art-bookcrossing en España fue lanzada hace seis años por ARTIUM y cuenta en cada nueva edición con más adhesiones. Para los que estamos en Barcelona podemos aprovechar la vorágine de Sant Jordi para acercarnos al MACBA, MNAC o la Fundació Tàpies, y hacernos con un ejemplar, eso sí, no vale quedárselo en las estanterías de casa para que coja polvo, después de leer habrá que proceder a liberar.
Si queréis conocer la relación de Instituciones que participan en esta iniciativa podéis consultarlo aquí
No es habitual poder disfrutar en Barcelona de una exposición como Escultura/objecte, en muestra en la Fundació Suñol como parte del ciclo conmemorativo de su quinto aniversario. Lo que nos propone la exposición es un recorrido por la evolución de la escultura a lo largo del siglo XX a través de las obras que forman parte de la colección, arrancando desde las primeras vanguardias, momento en el que la escultura adquiere autonomía y pasa a ser un medio artístico en sí mismo hasta llegar a la transversalidad de lenguajes de la que goza hoy en día.
Giacomo Balla, Linee-Forza del pugno di Boccioni II, 1915. Foto: Camilayelarte
Moisès Villèlia, Bon promenade cher ami Giacometti y Alberto Giacometti, La Jambe. Foto: Camilayelarte
Sombra de Une Lune Bleue de Alexander Calder
El título no es en este sentido gratuito, Escultura/objecte sintetiza en dos palabras la evolución conceptual de la escultura a lo largo del siglo pasado, rompiendo con su tradicional función conmemorativa, a principios de siglo comienza a explorar por sí misma sus posibilidades artísticas y expresivas apropiándose más tarde de su condición natural de objeto (mucho más clara que en la pintura) para cuestionar los límites de lo que es arte y lo que no. Esta evolución se ha puesto en muestra en las salas de la Suñol creando un juego de relaciones entre las esculturas, no buscando tanto una cronología sino la evolución de un lenguaje próximo en sus supuestos estéticos. Así podemos ver a Giacometti en diálogo con Moisès Villèlia, Lucio Fontana con Jean Arp y Giacomo Balla con Juli González.
Pep Duran y Tom Carr en primer término. Foto: Camilayelarte
Bill Culbert, Orange-green-Mr. Prope-yellow, 1990. Foto: Camilayelarte
Susana Solano, Miquel Navarro y Sergi Aguilar. Foto: Camilayelarte
Uno de los aspectos más interesantes que plantea la exposición es cómo la escultura en paralelo a la evolución con el resto de las artes visuales ha ido desdibujando sus propios límites y transformándose en un lenguaje híbrido, ¿es objeto, es escultura o instalación? estas preguntas son las que nos surgen al enfrentarnos con las obras de Jordi Colomer, Pep Duran o Zush que se inscriben a su vez en la influencia de la escultura británica de los años ochenta representada en la colección por la escalera roja de Tom Carr. A este episodio le sigue otro que nos devuelve la seguridad de lo ya conocido, la depuración y claridad de las formas minimalistas de Sergi Aguilar y la abstracción en relación con el espacio de Susana Solano.
Lo mejor: La oportunidad de conocer escultura catalana y española en relación con el contexto internacional.
Lo peor: No en todas las salas, pero algunas de ellas pecan de mostrar demasiada obra junta, les falta espacio.
Escultura/objecte, Fundació Suñol hasta el 01/09/2012
Dime lo que coleccionas y te diré quién eres. Rendez-vous es el título de la primera exposición organizada por la Colección Lambert con motivo de la inauguración de su sede en Aviñón en el año 2000, Rendez-vous, sous sol es también el título del montaje fotográfico de una intervención que Gordon Matta-Clark realizó en la Galería Lambert en 1977 como gesto de despedida del primer espacio que ocupó la galería en París.
Después de éste vinieron otros espacios y franquicias, la última en Nueva York que cerró sus puertas en 2011. De entre todos los hallazgo de Yvon Lambert, el más grande de Lambert sea el de haber introducido a finales de los sesenta el minimalismo y conceptualismo en un París y un mercado artístico en esos momentos volcado en el Pop art. Sus exposiciones y los catálogos editados a lo largo de estos años como galerista son la muestra de un compromiso con el arte que va más allá del interés comercial. Como dice Paula Cooper en el catálogo de la colección, los buenos galeristas tienen un conocimiento más íntimo e intenso del trabajo de los artistas que exponen que muchos de los otros que forman parte del mundo del arte.
De este conocimiento íntimo e intenso es fruto la colección en muestra en el Hôtel de Caumont de Aviñón. No se trata de una colección cerrada a un único movimiento, están presentes las figuras más representativas del minimalismo y el arte conceptual, Carl André, Sol Le Witt, Niele Toroni, Donald Judd, Robert Ryman, Lawrence Weiner, On Kawara pero también de Nan Goldin, Anselm Kiefer, Jenny Holzer, Thomas Kirschhorn, Andrés Serrano (precisamente el Cristo fue atacado el año pasado) o Miquel Barceló. Esta diversidad de apuestas dificulta el discurso del comisario Éric Mézil en la exposición que da título al catálogo al tratar de dibujar ocho itinerarios temáticos que pueden leerse de forma independiente, o bien con suerte y capacidad de forma interrelacionada. Como toda colección tiene sus ups&downs, sobretodo en lo que se refiere a sus elecciones de los últimos años, pero lo bueno pesa tanto que sostiene lo que le echen encima, como será Lambert que hasta On Kawara vence sus reticencias y le da señales de vida...
Rendez-vous. Collection Lambert en Avignon. Ed. Actes Sud, 2000. Precio 44€ en Collection Lambert
Otra vez hablaremos de él pero esta semana por motivos bien distintos. El Occupy Wall Street de Londres ha decidido expandir sus críticas al sistema económico y no centrarse únicamente en los bancos y ¿qué mejor ejemplo de la desmesura capitalista que el especulador mundo del arte y dentro de este el símbolo por antonomasia de la burbuja económico-artística? La escultura Hymn de Damien Hirst, expuesta en la entrada de la Tate, ha sido objeto de las reivindicaciones Occupy, que ha limitado su acción a cuatro pintadas. Lástima pues creo que bien enfocado podría plantearse una auténtica crítica de lo que Hymn simboliza, al fin y al cabo la escultura pública está expuesta al contexto político y social y por lo tanto es sensible de convertirse en espacio de crítica y reivindicación. Esperemos que lo aprovechen mejor la próxima vez.
De un Occupy movement a otro. En EEUU la sección del mundo del arte de OWS empezó a denunciar la proliferación de prácticas no remuneradas en el sector. A todos los que hemos trabajado en arte sabemos lo que es que museos, galerías y famosísimas casas de subastas no paguen a sus becarios por trabajos que merecen ser retribuidos. El último escándalo denunciado por el blog Hyperallergic es el de Family Business, la galería de Maurizio Cattelan y Massimiliano Gioni en NY que ofrece un puesto de blogger sin ningún tipo de sueldo a cambio. El problema de estas prácticas es que quienes acceden a trabajar gratis son aquellos que se lo pueden permitir, creando un círculo cada vez más cerrado y elitista en el mercado laboral del sector artístico.
Protestas por las condiciones laborales fue lo que se pusieron en escena los trabajadores del Teatro Real antes del super estreno de "Vida y muerte de Marina Abramovic". En el último año parece ser que las performances de la Abramovic generan protestas de un tipo u otro, recordemos la polémica de hace unos meses cuando una coreógrafa denunció las condiciones laborales para la realización de su performance de Abramovic en el MOCA. Más allá de las protestas, el resultado de la del musical, performance, espectáculo de Bob Wilson a provocado reacciones de todos tipos. El País ha publicado tres,Estrella de Diego lo analiza desde la óptica del trabajo y el recorrido de Abramovic mientras que Diego A. Manrique lo hace a nivel musical y Juan Ángel Vela del Campoteatral. Y si tanto leer no os convence juzgad por vosotros mismos:
Hace unas semanas se anunciaba el plan Mascarell de reordenación de los centros de arte contemporáneo en Cataluña con Conxita Oliver como coordinadora de la nueva red. En una entrevista en el Diari Avui nos ha dado a conocer algunas finalidades del nuevo proyecto: Plataforma digital común, mayor proyección y resultados visibles, es decir, que a final de año lo expuesto haya llegado a un mínimo de público, ni te cuento...
Que este país está bastante verde en cuanto a coleccionismo de arte contemporáneo no es ningún secreto. La futura nueva ley de mecenazgo parece subir los ánimos del sector artístico y el nacimiento de la asociación de coleccionismo de arte contemporáneo 9915 parece una iniciativa que indica que los tiempos están cambiando. Ser conscientes de sí mismos y de la necesidad de regular el proceso de compra-venta de obras de arte es todo un paso hacia la madurez.
Si hasta hace unos años podíamos valorar la madurez cultural de un país a través del material publicado en libros, hoy en día el nivel de interés por la propia cultura y la voluntad de divulgación de la misma se mide también por su presencia en Wikipedia. En este sentido el trabajo que está desarrollando Kippelboyen colaboración con la red de museos catalanes es digna de mención. Esta semana el MACBA ha anunciado su Viquiprojecte que tiene como finalidad aumentar la presencia del arte contemporáneo en Wikipedia. Hay mucho trabajo por hacer, así que ya sabéis!
Hace unos meses escribí un post sobre Akron, el proyecto de Mireia c. Saladrigues en el Espai Guinovart de Agramunt. Sin demasiada información sobre el ciclo Impossibilitats del que forma parte este proyecto me fui hasta allí en parte porque no había podido ver su trabajo para el Espai 13 en la Fundació Miró y tenía ganas de escribir algo sobre ella. Sobre lo que vi y creí entender lo escribí ya en su momento y Mireia tuvo el detalle de comentar el post y animarme a asistir a la conclusión del proyecto que tuvo lugar el pasado 25 de marzo.
Mireia c. Saladrigues y Jordi Antas en la presentación del pase final de Akron. Espai Guinovart, 2012. Foto: Camilayelarte
En este sentido mi experiencia como público con Akron se ha desarrollado en dos tiempos, el primero a ciegas, en frío, y el segundo empezando por su final y con la posibilidad de reconstruir el proceso que lo ha hecho posible. Precisamente este proceso, el de la práctica artística no sujeta a certezas sino expuesta al azar y a la probabilidad, es el que ha investigado Jordi Antas como comisario del ciclo Impossibilitats. Así pues, Akron se planteó como un proyecto sujeto a lo imprevisible que fue tomando forma paso a paso en un proceso que es parte constituyente de la instalación final en Agramunt, en el mapa conceptual representado en los plafones de la exposición.
Preparando el pase de Akron. Espai Guinovart, 2012. Foto: Camilayelarte
Mireia c. Saladrigues preparando el pase de Akron. Espai Guinovart, 2012. Foto: Camilayelarte
Recordemos que la imposibilidad de Akron era doble, por una parte técnica, ¿es posible hacer funcionar un antiguo proyector con carbón? y la otra forzada por la propia Saladrigues al querer proyectar con él material que en su día le hubiese sido prohibido proyectar. De manera menos explícita que en sus proyectos anteriores la artista también nos habla aquí del público, de cómo éste se construye a través del control de los discursos que se le ofrece o deja de ofrecer, cuestión que va del proyector hasta la institución.
Encendiendo las dos barras de carbón Akron foto: Camilayelarte
Akron, 2012. Foto: Camilayelarte
Mi primera reacción al enfrentarme con Akron fue de incredulidad, al no asistir a la inauguración donde ya se proyectó algo de material mi visita se produjo en un momento en el que la obra parecía en stand by, esperando su resolución. Más allá del resultado formal de los plafones que a la vez de servir de soporte para el desarrollo conceptual de la obra hacen las veces de pantalla, el sentido de ser de Akron se rebela en el momento de la proyección, cuando lo imposible se hace posible y aquí de poco sirve ya plantearse la práctica artística como campo de incertezas, uno se olvida de la teoría y se deja llevar por lo que está viendo, un momento mágico de luz y sonido que homenajea al cine y que rompe con la historia de un objeto, la del proyector, al hacer posible el visionado de un pedazo de film que inevitablemente recuerda al final del material censurado en Cinema Paradiso.
¿Puede haber poética en una hoja de Excel? Tras a la que me voy a enfrentar yo mañana por la mañana cuando llegue a la oficina no lo creo, pero para el que es capaz de dar un salto mortal con doble pirueta abandonando la aburrida seguridad del trabajo de administrativo para adentrarse en la creación contemporánea, sí, para ese la hoja de Excel puede transformarse en un sucedáneo de On Kawara en versión digital.
Vista de Works, La Panera, 2012. Foto: Camilayelarte
Ignacio Uriarte, Untitled (from the series Blocs), 2010. Foto: Camilayelarte
Works, actualmente en La Panera de Lleida tras pasarse por la Sala Rekalde el año pasado, reúne la obra realizada por Ignacio Uriarte (Krefeld, 1972) en los últimos ocho años, desde que decidió abandonar su trabajo de administrativo en una oficina pero no así los elementos que lo acompañaban en su rutina diaria. Bolis Bic, gomas, archivos, sobres, subrayadores, papeles o excels dan forma a su obra en un lenguaje que remite al arte conceptual y minimalista pero con un punto de humor y cierta ligereza que rompen con la frialdad y rigidez de los anteriores. Tal vez por la proximidad del material con el que trabaja o por utilizar gestos en los que cualquiera puede identificarse, como los garabatos que dibujamos de forma automática sobre un folio durante una reunión de trabajo, uno enseguida se siente cómodo ante su obra, como si se tratara de un lugar común al que todos tenemos acceso, aunque no por ello elude cuestiones complejas tales como la producción serial, el tiempo (dilatado y suspendido en otra dimensión cuando se trata de desarrollar trabajos tediosos y mecánicos) o los límites del lenguaje.
Ignacio Uriarte, Papierballfall, 2008 y Archivadores en archivo, 2007. Foto: Camilayelarte
A pesar de la precariedad del material con el que trabaja muchas de sus obras contienen una poética y unos resultados formales estéticamente innegables como las construcciones geométricas de la serie Adler Drawings a base de caracteres de máquina de escribir, los pliegues de papel en Two folds o el resultado de los recortes en Bloc. Otro ejemplo de esta capacidad del menos es más es la alfombra de gomas de pollo hecha expresamente para la exposición en La Panera. Esta capacidad suya de ofrecer una nueva lectura de los códigos del mundo de la oficina es lo que evita que la reflexión entorno a la rutina y mecanización del trabajo no caiga en resultados aburridos y monótonos, en Archivadores en Archivo tan posible es la influencia de Hanne Darboven como de Segundo de Chomón en clave oficinista, mientras que en The History of the Typewriter recited by Michael Winslow, el actor de Loca academia de policía reproduce cronológicamente los sonidos de distintas máquinas de escribir inventadas a lo largo del siglo XX.
El puño invisible de Carlos Granés arranca con el paralelismo de dos revoluciones que sirven de Obertura a la convulsa historia del siglo XX: dadaismo y comunismo, ambas revoluciones destinadas a socavar los cimientos de la cultura y la sociedad occidental.
Cien años de vanguardias artísticas analizadas no desde el punto de vista estilístico y formal sino tratando de comprender la revolución cultural, minoritaria y silenciosa, que llevaron a cabo y que dieron forma no sólo al siglo XX sino a la sociedad que somos actualmente. La búsqueda de libertad, la voluntad de romper con las jerarquías sociales, y las categorías artísticas así como la máxima de acercar el arte a la vida se abordan en el libro como las batallas libradas y casi todas perdidas por una minoría que sintiendo la alienación del hombre dentro del sistema capitalista entendió la cultura como arma para transformar el mundo. De Tzara a Marinetti, Breton o John Cage El puño invisible engancha desde sus primeras páginaspor la capacidad de enlazar estos distintos capítulos de la historia cultural del siglo XX de forma clara y concisa. La estructura del libro no es totalmente lineal sino que va y vuelve de un clima cultural a otro dibujando las lineas de continuidad entre unos hechos y los otros.
Dividido en dos tiempos, de las primeras vanguardias hasta los sesenta y de los setenta hasta hoy en día, el primero es el más objetivo a nivel histórico mientras que el segundo permite ir presentando la tesis que Granés acaba defendiendo en su epílogo y con la que no estoy del todo de acuerdo o como menos me turba. Si bien la lectura del primer tiempo le deja a uno el sabor de boca de que el arte o mejor dicho la cultura es efectivamente política y se autoconvence de la necesidad de ésta y del arte como herramienta imprescindible para la transformación de la sociedad y el conocimiento, el segundo tiempo nos enfrenta a conclusiones un tanto perturbadoras, como por ejemplo que muchas ideas implícitas en las vanguardias artísticas lejos de desalentar la barbarie humana las aumentó y que la cultura no ofrece garantía alguna de que sus creaciones sean beneficiosas para la humanidad. ¿Por el hecho de que acabó apoyando a Mussolini hubiese sido más beneficioso para la humanidad que Marinetti y los que le siguieron se hubiesen ahorrado el futurismo? Ser y existir tampoco son garantía de nada y no por eso dejaremos de vivir. Granés anuncia el fin de una era, el de las vanguardias, cuyos principios han sido inevitablemente absorbidos por el sistema neutralizando su capacidad de revolución y provocación. El arte ya no puede ser transgresor, el arte y la cultura han pasado a ser puro entretenimiento ¿pero hasta cuándo?
Carlos Granés Maya, El puño invisible. Arte, revolución y un siglo de cambios culturales, Taurus Ediciones, 2011. Precio: 22€ en La Central
Nos guste o no nos guste esta semana el protagonista indiscutible de los medios de comunicación del mundo del arte ha sido él. Más allá de su obra, Damien Hirst se ha convertido en un caso de estudio de la antropología cultural. La gran noticia ha sido la retrospectiva que le ha dedicado la Tate, espacio sacro del arte oficial, en el que Hirst en sus años mozos había prometido no exponer nunca. La lluvia de artículos relacionados con la exposición, pero todavía más con lo que su figura representa tienen interés de por sí, más allá de si la retrospectiva está bien, mal o regular. Si nos centramos en lo estrictamente artístico tal vezla crítica de Adrian Searleen The Guardian sea la que nos pueda dar un juicio de valor lo más fiable posible en cuanto a la relevancia artística de la obra de Hirst. En cambio la publicada por Julian Spalding viene a representar el miedo reaccionario hacia todo lo contemporáneo. A pesar de que sus opiniones están más cercanas a la Santa Inquisición que a otra cosa, considerar la obra de Damien Hirst un subprime del sistema del arte no es tan descabellado. Creo que Hirst simboliza lo que es el arte contemporáneo dentro del sistema capitalista, la posibilidad de la especulación y el enriquecimiento. Pero más allá de él y su obra, la exposición en la Tate debería hacernos reflexionar sobre el modelo cultural por el que se apuesta cuando se programa una Olimpiada cultural en paralelo a los Juegos Olímpicos, un evento que tras la excusa del deporte esconde en realidad una estrategia de especulación inmobiliaria. La cultura no se teje y se construye a golpe de bluckbusters. (El escándalo de la cultura)
Family Business es el nombre de la galería recientemente inaugurada por Maurizio Cattelan y Massimiliano Gioni, el comisario de la próxima Bienal de Venecia, en Nueva York. Con ganas de explorar los límites del sistema, la primera exposición organizada por el dúo ha tratado de cuestionar la función del comisariado, para ello se ha invitado a tutti los artistas que a sí se consideren a exponer y colgar sus obras en las paredes de la galería. "Desestructurar el sentido del comisariar" o bien desestructurar la coherencia con uno mismo.(via Artribune)
Libre de tanto cuestionamiento, la feria Loop se expande y crea una nueva sección comisariada. Este año Paula Alzugaray ha seleccionado cuatro galerías (tres brasileñas y una francesa) con obras de artistas latinoamericanos que podremos disfrutar en la proxima edición de la feria de videoarte.
Todo tiene su lado oscuro, y el oficio de comisario no se libra de ello. Un periodista ha destapado una red de intereses y tráfico de influencias en el comisariado del pabellón de Sudafrica en la última Bienal de Venecia. El sistema del arte es también un sistema económico y donde hay dinero... (Via Artinfo)
En la semana en la que se han anunciado los presupuestos y por lo tanto los recortes en política cultural (un 15,1% menos que en 2011), Elena Vozmediano en "El retrato áulico" nos ha dado a conocer otra forma más con la que los responsables de este país tiran el dinero público. No sólo Damien Hirst conserva animales en formol, sino que con mucha menos gracia nuestros políticos también desean inmortalizar ese instante de vida y gloria en sus carreras a través de un anacronismo que huele a naftalina. La ignorancia y el ego son dos peligrosísimas armas con las que juegan la clase política de este país, que nos está dejando un patrimonio digno de la peor de las pesadillas. Aaaaargg!